LA COLUMNA DEL CONDE DONATO RANTE

Mi vuelta gloriosa al periodismo de investigación. Franco Colapinto y el 2025. Turismo Pista con "escalera". Y reunión en Brasil.

Volver. Siempre estamos volviendo. Esos lugares que aguardan en nuestras mentes como nostalgias de un tiempo mejor, vuelven. Como flashes. Con aromas, con imágenes. Vuelven.

 

Yo, volví. Al automovilismo. ¡Y de qué manera! Dando cátedra sobre el periodismo de información. Subiéndome a un tren que estaba estancado, pero que puse en marcha. Y los elogios... ¡Gracias a todos! Mucha repercusión ha tenido mi columna anterior. Espero no defraudar. Para eso me preparo.

 

En un mundo vegetal, que se mueve por redes sociales, yo prefiero la pluma y la palabra. Sobre todo la pluma. Porque para algunos, a las palabras se la llevo el viento más rápido que a la pluma.

 

He notado en San Nicolás que todo es efímero. Que las relaciones no se mantienen, y que lo que se escribe con la mano, se puede borrar con el codo. Pero ya me voy a explayar un poco más...

 

Por lo pronto, les cuento que este fin de semana pasado estaba invitado al coloso Mouras de La Plata, pero decidí viajar a México para seguir de cerca a Franco Colapinto (y mucho más de cerca a Felipe Mc Gough, por las dudas). Desde ya, viajé en mi jet privado unos días antes para visitar a otro amigo mío, en Cancún. Días de playa, relax, y negociones, mientras "Manolo" me cuida la estancia en Andalucía.

 

Pero la calma se terminó cuando empezó a sonar mi móvil personal. Mensaje va, mensaje viene. El "run run" es mucho. "¿¡Pero qué pasa con ese móvil!?", me preguntó mi amigo Carlos, dueño de una de las mayores fortunas del mundo y el "uno" de las telecomunicaciones. "Pasan cosas en el automovilismo argentino...", solo atiné a comentar.

 

Él, hombre de negocios y de "fierros", me adelantó lo que todos supieron después: No acompañará a su "coterráneo" en la máxima para el 2025. Pero no porque no quiera, sino porque el "austríaco" acordó con su competencia, y por mucho más dinero. Enojado, sabiendo que el mexicano no va a tener una butaca para el año que viene, me pidió que le haga el contacto con el piloto del momento. "Quiero que ese muchacho esté en la F1 el año que viene", me dijo con un español neutro.

 

Iré a Brasil el próximo fin de semana, donde se esperan novedades. Pero "Franquito" pisa fuerte arriba y abajo del auto.

 

Mientras mi móvil seguía sonando, me dispuse a alejarme un poco del relax y ponerme a trabajar. Tuve que atender. Una breve comunicación. Era un importante manager de un piloto, que me solicitaba si le hacía el favor de repartir el CV del mismo. Parece que más allá de que en la próxima del TC le van a poner un "coche nuevo", el tipo anda disparando balas por todas partes para ver si alguien agarra una. Le ofrecieron un Torino, un Toyota, y hasta un Camaro. Está evaluando opciones. Que se apure, no vaya a ser cosa que se quede sin TN también...

 

En La Plata, en tanto, era otro clima. Festivo. Muchas máquinas, me dijeron. Mucho peligro, pero que por suerte, no pasó nada (salvo a Eloy Murua, que se volvió con su Uno en una bolsa). Y ahí andaba Lautaro Acquaticci, según me dijeron, el más normal de Puesta a Punto, buscando información para mi. Uno me tiró: "Anda en jefe". Vaya a saber uno porqué.

 

La cuestión es que tantos autos en pista hizo que se le prendiera la lamparita a los muchachos del TP. Para el año que viene, armarán una categoría (mejor dicho, tres) promocional. Clase 1, Clase 2, y Clase 3. Autos más económicos, gomas usadas, y sólo correrán en La Plata, Buenos Aires, y San Nicolás. Se viene una nueva "escalerita" del automovilismo nacional.

 

Ah... y otra que cambia de vereda, será una divisional menor (junior, diría) de otra fiscalización. Correrá todas sus carreras también en La Plata, serán 10. Más allá de que el propietario lo niegue (y de que se pelee con la "Tota" Bonanno en las redes), doy fe de que así será.

 

Me voy, tengo que llenarle el tanque a mi jet privado para partir hacia Interlagos. Me espera Franco, Bernie, Danielito, Carman, y alguien de la ACTC... ¡Qué emoción! ¡Se viene la Fórmula Uno a la Argentina!

 

Chau, amigos... ¡Felicidades!